En los últimos años son muchos los términos anglosajones vinculados al ciberespacio que conviven con nosotros. Como seguro ya sabes, uno de los más preocupantes, sobre todo en edades más tempranas, es el del sexting.
El papel que juega la inteligencia artificial en nuestro día a día está aumentando en los últimos años de manera exponencial, quedando patente, por ejemplo, en el auge de ChatGPT, un modelo de lenguaje que emplea una Inteligencia Artificial (IA) capaz de generar respuestas coherentes a preguntas formuladas por el usuario en un lenguaje natural, admitiendo errores y al mismo tiempo rechazando solicitudes inapropiadas. Pero, ¿es seguro su uso? ¿Qué beneficios tiene? ¿Supone una amenaza?
La persona delegada de protección de datos es una figura de existencia obligatoria en determinados responsables del tratamiento*, que recogen tanto el Reglamento General de Protección de Datos (RXPD) como la propia Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre , de protección de datos personales y garantía de los derechos digitales (LOPDGDD).
En las últimas semanas ha entrado en vigor una nueva regulación que implica un cambio respeto del dispuesto en la derogada Ley 9/2014, de 9 de mayo , General de Telecomunicaciones en cuyo articulado se reconocía a las personas usuarias el derecho “a oponerse a recibir llamadas no deseadas con fines de comunicación comercial que se efectúen mediante sistemas distintos de los establecidos en la letra anterior [llamadas automáticas sin intervención humana] y a ser informado de este derecho”.
Las Administraciones Públicas actúan como responsables y encargadas del tratamiento de datos de carácter personal en el ejercicio de muchas de sus funciones del día a día.
Hoy en día, los menores pasáis la mayor parte de vuestro tiempo en el mundo en línea: compartir imágenes, publicar comentarios o editar vídeos forman parte da vuestro día a día.
Hoy en día utilizamos nuestros datos para casi todas las acciones que realizamos en nuestras actividades cotidianas, ya sea en él mundo analógico lo en él digital.
Las personas que forman las entidades públicas y las organizaciones privadas son cada vez más conscientes del ritmo frenético al que avanza la digitalización.
En un mundo global, cada vez son más los dispositivos que se encuentran conectados con nosotros y entre ellos, gestionando nuestra información de manera ininterrumpida. Junto a todas las ventajas que nos aporta, esta hiperconexión conlleva también unos riesgos que no podemos obviar.